martes, 9 de junio de 2009

Un día en el sumo

Bienvenidos de nuevo al blog de Japolino.

¿Impacientes? ¿Necesitados de una nueva entrada? ¡Tranquilos, aquí llega vuestra dosis!

Esta vez os contaré como fue mi primer (y único hasta la fecha) día en el sumo. Sí, tal y como leéis, fui a ver una jornada de sumo en el barrio de Ryogoku.

La jornada en cuestión fue el pasado 21 de mayo, aprovechando la celebración de un torneo de sumo en Tokyo, más concretamente en el distrito de Ryogoku. Conocido como "la ciudad del sumo", este barrio acoge el importante estadio de Ryogoku Kokugikan, donde cada día de torneo numerosos aficionados al tradicional deporte del sumo se reúnen para ver a sus ídolos.

La jornada dura todo el día. Por la mañana combaten las categorías menores y el estadio se encuentra prácticamente vacío, pero conforme avanza la competición y van llegando los mejores luchadores poco a poco se aprecia un aumento en el número de espectadores.

Por la mañana...
Por la mañana...


... y por la tarde
... y por la tarde


El sumo es un deporte muy jerárquico. La categoría superior está formada por los Makuuchi, entre los que se cuenta sobre una veintena de luchadores. De entre ellos, los mejores se encuentran en grupos especiales, entre los que destacan los Ozeki (Campeones) y los Yokozuna (Grandes campeones). Actualmente hay cinco ozeki y dos yokozuna.

Los torneos duran quince días, peleando cada luchador una vez al día. Los emparejamientos, decididos por un comité de jueces, se realizan siempre intentando enfrentar a los luchadores de nivel parejo, de modo que en las últimas rondas siempre se enfrentan entre sí los ozeki y los yokozuna, decidiendo al campeón del torneo (aquel con mejor balance victorias/derrotas).

Este tradicional deporte japonés, que ha sufrido muy pocos cambios desde que nació, se encuentra liderado en la actualidad por luchadores no-japoneses. Los dos grandes yokozuna, Hakuho y Asashoryu, proceden de Mongolia, mientras que los dos ozeki más famosos, Harumafuji y Kotooshu, son de Mongolia y Bulgaria, respectivamente. Por cierto, los nombres que usan como luchadores no son sus nombres reales, sino los que adoptan al alcanzar los rangos superiores.

Las reglas de juego son bastante sencillas. El objetivo de cada luchador es conseguir que su rival salga del ring. Por otro lado, si uno de los luchadores toca el suelo con la mano pierde inmediatamente. Como no está permitido golpearse, los luchadores se empujan y agarran para conseguir uno de los medios que conducen a la victoria.

El combate va a comenzar
El combate va a comenzar


Lo que más me impresionó fue la gran ceremonia que acompaña al sumo. Para empezar, los yokozuna tienen un aura de respeto allá donde van. Se les considera grandes héroes. Antes de comenzar los combates de la categoría Makuuchi realizan una entrada ceremonial al ring, acompañados de un espadachín que le da un toque realmente espectacular al momento.

Por si esto fuera poco, los combates, que suelen durar escasos segundos, vienen precedidos de varios minutos de pique entre los luchadores, que se miran cara a cara durante largos periodos para, justo cuando parece que van a comenzar, retirarse unos pasos atrás para seguir calentando y echando sal al ring. Cuando los dos sienten que ha llegado el momento se lanzan el uno contra el otro, lo que suele terminar con un choque que podría matar a una vaca (estimación realizada por mí). Instantes después uno de los dos ha sido derrotado.

Os dejo esta prueba, en forma de video que yo mismo grabé:





En youtube hay muchos otros videos, con mucha más calidad y mostrando combates con más emoción. Por ejemplo, este ejemplar no está nada mal para aprender lo más básico sobre el sumo:





Cuando los combates se alargan los espectadores vibran. En particular, el día en cuestión, el combate del yokozuna Asashoryu fue realmente emocionante. Tras un mal comienzo contra Kotomitsuki, un ozeki japonés, se encontraba contra las cuerdas. Su rival le había cogido por el taparrabos (seguramente tendrá un nombre más elegante, pero no lo conozco) y no podía progresar, solamente defender la posición para evitar ser empujado. Normalmente cuando un luchador se encuentra en tal situación, se limita a defender con todas sus fuerzas hasta que el cansancio llega, cede un milímetro, y la iniciativa de su rival le echa del ring. Pero Asashoryu no es yokozuna por casualidad. Su estrategia fue realmente inteligente. Al verse en situación desesperada decidió arriesgar, y en lugar de defender la posición hasta la extenuación, relajó los músculos, lo que hizo que Kotomitsuki le empujara fuertemente en lo que parecía que iba a ser su final. Con el fuerte empujón los dos se dirigían hacia el exterior del ring y en breves instantes Asashoryu estaría fuera. Entonces, justo antes de salirse y perder, Asashoryu aprovechó el empujón de su rival para asirle por el taparrabos, levantarlo unos centímetros en el aire, y dar una vuelta sobre su eje, haciendo que fuera Kotomitsuki el que se salía de la pista en su lugar. Espectacular. La gente ovacionó al gran yokozuna.

Portentos de la naturaleza frente a frente
Portentos de la naturaleza frente a frente


El combate que más me gustó fue Baruto (ozeki) contra Harumafuji (también ozeki). Harumafuji llama la atención por su reducido tamaño en comparación con el resto de luchadores. Así como el famoso Yamamotoyama es conocido por ser gigantesco (curiosamente "yama" significa montaña en japonés), Harumafuji es pequeño, lo que unido a su rapidez le da un estilo especial. En su combate contra Baruto se limitó a esquivar el choque inicial apartándose a un lado, aprovechar la inercia de su rival para, de un empujón, ponerlo a dar vueltas totalmente desequilibrado, y entonces rematarlo con otro empujón que le mandó fuera del ring. Parecía que jugaba con una peonza. A la postre, Harumafuji fue el vencedor del torneo, lo que ha hecho que muchos apuesten por su próximo nombramiento como yokozuna.

En resumen, una jornada realmente interesante. El sumo cuenta con un nuevo aficionado.

Lamento no disponer de mejores fotos o videos. No fue fácil obtenerlos en el estadio. Entre la gente y la distancia a los luchadores se hacía complicado. En cuanto consiga las fotos que hizo mi colega Isaia (una de las fotos de esta entrada es suya, ¿adivináis cuál?) las subiré a Facebook y os proporcionaré el enlace correspondiente. Aquí podéis encontrar las que tengo de momento:


¡Hasta la próxima!

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