domingo, 8 de marzo de 2009

Viajando a Japón

Como no podía ser de otra manera, mi primera entrada (si no contamos la presentación previa) ha de contar cómo fue el viaje. De este modo responderé a la clásica pregunta "¿cómo ha ido el viaje?", que muchos me dirigís en estos días iniciales de mi estancia.

Todo comenzó el miércoles 4 de marzo, con el primer avión, Valencia-Madrid, partiendo desde Manises a las 7:00. Sí, exacto, menudas horas. La verdad es que si no fuera porque iba emocionadete por el viaje me habría dormido de pie en el aeropuerto mientras esperaba a embarcar. Por cierto, aprovecho para agradecer públicamente a mi amigo Manolo que me acercara a Manises a tan tempranas horas. Gracias, colega.

Todo fue según lo previsto hasta que el siguiente avión, Madrid-Londres, salió un poco tarde. No sabría decir cuánto, puesto que estaba medio sopa en mi cómodo (aunque estrecho) asiento. Sólo recuerdo haber mirado mi fabuloso reloj de pulsera y ver que llevábamos media hora de retraso. Al final, como el piloto no decidió "meterle caña" para recuperar el tiempo perdido, llegué con unos 40-45 minutos de retraso al aeropuerto de Heathrow, en Londres.

¿Y en qué se tradujo este retraso? Unido al necesario desplazamiento de una terminal (T3) a otra (T5), que supone unos 10-15 min, supuso... que perdiera la conexión y no pudiera coger mi avión a Tokyo. El problema está en que Heathrow tiene un sistema de seguridad muy estricto, lo que les defiende de los millones de terroristas que vuelan cada día a Japón a atentar a diestro y siniestro. Eso retrasa el proceso de embarque, que dura un buen rato por culpa de los controles a pasar. Además, no te dan la tarjeta de embarque cuando inicias el viaje en Valencia, sino que paranoicamente requieren que te presentes en el mostrador de British Airways (BA), la compañía con la que volaba, para solicitarla "en vivo". Total, que el representante de BA, tras pedirme disculpas, me dio otro billete para las 19:00 (hora del Reino Unido), en este caso con la compañia Japan Airlines (JAL). Ahora bien, no estuvo tan mal, hubo dos detalles que hicieron soportables las "molestias"
  1. Me dieron un vale de 10 libras esterlinas para gastar en el aeropuerto como compensación. ¡Comida gratis!
  2. El tipo del mostrador terminaba todas las frases con un "sir". Vaya, me hizo sentirme importante.
Así que tuve que pasarme el día dando vueltas por la terminal 3 (sí, además me tocó deshacer el camino), leyendo a ratos, conectándome a internet vía wireless hasta que me quedé sin batería (los enchufes británicos son diferentes), viendo tiendas, comiendo en un sitio que se llama "EAT." (imposible resistirse), yendo cada cierto tiempo a ver los monitores con las salidas y hasta charlando con una madrileña que había ido a Londres a visitar a su hija, que es economista y trabaja en bolsa. Variado, pero laaaaaaaargo.

El vuelo hasta Tokyo fue también curioso. Para empezar me encontré un montón de españoles... ¡trabajando en Japan Airlines! Desde varios asistentes de vuelo (prefieren ser llamados así al usual "azafatos") hasta la chica del mostrador de la compañía. Qué curioso. Sobre el entretenimiento tampoco puedo quejarme. Había una buena oferta de películas y series en varios idiomas. Yo vi "Body of lies", que en España tradujeron a "Infiltrados", donde pude escuchar a Leonardo Di Caprio y Russell Crowe doblados con acento mexicano. Luego intenté dormir aunque sin mucho éxito, pasándome varias horas en un duermevela que no terminaba de cuajar.

¡¡Y al fin en Japón!!

El avión llegó al aeropuerto de Narita, desde donde necesitaba tomar varios trenes/metros hasta llegar a Kashiwa, donde está el campus en el que trabajaré y la casa de mi anfitrión Julen (que muy amablemente me aloja unos días hasta que formalice un contrato de alquiler). Y entonces descubrí una de las características de Tokyo y sus alrededores: las aglomeraciones.

Aeropuerto de Narita
En el metro
Entiendo que estas fotos no son muy espectaculares... pero el primer día no me dio tiempo a más. Vi la ciudad de Tokyo de pasada, y llegué exhausto a mi nuevo hogar (al menos durante unos días). Tras una cenita en un buen restaurante cercano (¡¡sushi de verdad!!) todavía me quedó tiempo de ver con Julen alguna serie, darme una duchita y caer rendido en la cama cual marmota que ha tomado somníferos (aunque me desperté a las 5:00, cositas del jet-lag).

Prometo que la próxima entrada será muy curiosa. Hasta entonces, no os olvidéis de vuestro Japolino preferido.

7 comentarios:

Celia dijo...

Mucha suerte en tu aventura. Intenta empaparte de su cultura, creo que es lo que más nos enriquece... Y ya nos irás contando...
¡Qué env´vidia!!

Saludos

José Daniel Muñoz Ortega dijo...

ese avelino made in spain, dejanos el pabellón en buena situación para los que vayamos detrás (...algún siglo de estos...), ya nos cuentas más cosillas, ánimo y pásalo bien. besos.joseda

Unknown dijo...

Jaja q guapo!!! al final has puesto el nombre entero del blog pese a los comentarios de mis enemigos!!. Ya tengo tu pagina en los marcadores asi que me mantendre informado sobre tus aventuras.
Espero que no le hayas roto la puerta al pobre Julen (yo no me podria haber resistido y lo sabes xD)

Un abrazo Japolino!!

Unknown dijo...

con las 10 libras te podrías haber comprao un adaptador pal enchufe del portátil!

Llúcia dijo...

De parte de Morillas y Llucia:
Esperamos que te vaya genial. Seguiremos tus aventuras! Dice Juan que a ver si te echas una novia japonesa, que eso nunca viene mal.
Un abrazo muy fuerte, y vuelve pronto!

Kanon51000 dijo...

Madre mia, que viaje, me recuerda a otro que hicimos eh? esperando horas y horas, jajaja
Como te he dicho antes, que envidia.
Ya estas en mis marcadores asi que esero tus actualizaciones como agua de mayo, y que suerte te pierdes las fallas y sus petarditos, quien fuera tu, ainssss

Avelino dijo...

Os envío un saludo y mis agradecimientos por vuestros comentarios. Intentaré actualizar el blog tan a menudo como sea posible para que no os venga el mono.

Publicar un comentario