En primer lugar debo disculparme por la ausencia de nuevas entradas por un largo periodo. Ya sabéis... he venido a trabajar... (bueno, eso y que no tenía las fotos para colgarlas...)
Como ya comenté en entradas anteriores, una de las fiestas tradicionales de Japón es el llamado Hanami. Esta palabra, que significa literalmente "ver flores", sirve para referirse a las numerosas reuniones festivas que los japoneses realizan con la llegada de la primavera usando el florecimiento de los cerezos como excusa.
Estos árboles, conocidos como sakura en japonés, se encuentran en grandes cantidades en parques y jardines. Con la llegada de la primavera florecen, llenando de color el paisaje del país. Este acontecimiento es seguido muy de cerca por los nipones, que cuentan con un espacio en la previsión meteorológica dedicado especialmente a narrar en qué zonas de Japón los árboles se encuentran en flor.
Cuando llega la época, japoneses de todas las edades acuden a los parques, para realizar sus fiestas de hanami alrededor de los árboles recién florecidos. Algunos se limitan a observar, tomando fotos y relajándose con un picnic. Otros se reúnen con sus amigos para disfrutar de una juerga en toda regla bajo el colorido manto que los sakura han creado. Tanto unos como otros sacan el máximo partido de esta curiosa festividad.
Así fue mi sábado 4 de abril. Por la mañana disfruté del hanami en Shinjuku Gyoen, el gran parque situado en el barrio de Shinjuku, con el "Foreign student support club", mientras que pasé la tarde en el parque de Ueno, Ueno Koen, con unos amigos. El contraste entre una experiencia y otra no pudo ser más fuerte.
1) Shinjuku Gyoen
Este parque cuenta con un colorido excepcional y es el punto de encuentro de aquellos que quieren celebrar el hanami de la forma más literal posible: observando flores.
Gracias a la labor del "Foreign student support club", una asociación de voluntarios que se dedica a "sacar de fiesta" a los estudiantes extranjeros de la Universidad de Tokyo, tuvimos la oportunidad de pasar una agradable mañana. Aunque tanto mi amigo Isaia como yo llegamos algo tarde por problemas con el autobús en Kashiwa (¡qué curioso, un español y un italiano llegando tarde!), pudimos gozar del colorido del parque y conocer a varios estudiantes de la Universidad de Tokyo que se encuentran en una situación similar.
Tras la comida y el paseo post-comida, nos desplazamos a un bar cercano dondé pudimos charlar un buen rato... y planear la tarde.
2) Ueno Koen
Varios de los que participamos en la sesión de la mañana nos quedamos con ganas de más, por lo que tras reposar la comida charlando en el bar tomamos un tren de una de las tantas líneas JR y nos desplazamos hasta Ueno, donde encontramos un parque repleto de gente.
Así como Shinjuku Gyoen fue un remanso de paz y tranquilidad, Ueno Koen era una gran fiesta. Numerosos (¡miles!) jóvenes disfrutaban del hanami bebiendo, cantando y riendo alrededor de los cerezos. Se podía ver grupos disfrutando de un improvisado karaoke, bailando curiosas coreografías o simplemente bebiendo sake entre risas. También era posible encontrar espacios para los trabajadores de una determinada empresa, lo que significa que algún pringado tuvo que pasar la noche en el parque para reservar el sitio (por eso los japoneses dicen que tu primer trabajo en toda empresa es reservar sitio para el hanami). A todo esto hay que añadir decenas de puestos vendiendo comida y bebida, así como gran cantidad de visitantes, paseando de un lado a otro, contemplando el ambientazo.
En conclusión, una jornada muy amena, en la que además de conocer gente pude disfrutar de una de las fiestas tradicionales de Japón.
Si habitualmente os recomiendo seguir los enlaces que llevan a los álbumes con las fotos que he ido realizando, esta vez con más razón no os podéis perder semejante panorama:
jueves, 30 de abril de 2009
viernes, 10 de abril de 2009
Un barrio residencial japonés
Hoy os voy a hablar de mi barrio.
El bloque en el que vivo se encuentra rodeado de pequeñas casitas japonesas. Encontrándome entre varias zonas residenciales, cada paseo que doy por los alrededores me recuerda una y otra vez a las típicas viviendas que aparecen en los animes japoneses (por ejemplo, en Shin Chan).
Además del característico jardincito, el siempre presente primer piso culmina la imagen que todos tenemos de la vivienda clásica japonesa. Frente a las colmenas en las grandes ciudades, los barrios residenciales, habitualmente a las afueras, cuentan con la tradicional casita familiar. Os dejo alguna imagen más, esta vez de una zona más cercana a mi casa:
Y ya puestos, aprovecho para enseñaros donde vivo. Os copio/pego un extracto de un artículo de la Wikipedia:
"Dos patrones de residencias son predominantes en el Japón contemporáneo: la casa separada unifamiliar y el edificio de múltiples unidades, poseídos por un individuo o una corporación y alquilados como apartamentos a los arrendatarios, o poseídos por los inquilinos como condominios."
Pues bien, lo que os he presentado hasta ahora era el primer patrón. Yo vivo en uno de los edificios encasillado en el segundo patrón.
En Japón existen varias compañías inmobiliarias que se dedican a la construcción de bloques de este tipo, no excesivamente grandes, con múltiples apartamentos (ellos los llaman "rooms") de unos 15 a 25 metros cuadrados. Aunque puede parecer pequeño para lo habitual en España (de momento, quién sabe en unos años cómo será nuestra vivienda media...), la verdad es que para una persona que vaya a pasar una temporada corta puede resultar muy conveniente, tanto por el precio como por la facilidad para instalarse.
Os presento mi hogar dulce hogar:
Como podéis ver (más detalles en el álbum de fotos "Mi casa"), tiene de todo, tanto cocina como los electrodomésticos básicos. Además, en este tipo de compañías suelen incorporar en el precio total los gastos de luz, agua, gas e internet, por lo que si uno no quiere complicarse mucho la vida al llegar a Japón es lo ideal para encontrar vivienda.
No haré publicidad de la compañía, pero si alguien está interesado no tengo problema alguno en dar referencias de forma privada. Por mi parte no hay queja alguna, salvo por el hecho de que no hablan inglés, por lo que la institución en la que trabajo tuvo que proporcionarme un traductor para realizar los trámites.
Ya sabéis, si visitáis Japón mientras estoy aquí estáis invitados a mi hogar dulce hogar.
Y para terminar, como siempre, aquí están los álbumes de fotos:
El bloque en el que vivo se encuentra rodeado de pequeñas casitas japonesas. Encontrándome entre varias zonas residenciales, cada paseo que doy por los alrededores me recuerda una y otra vez a las típicas viviendas que aparecen en los animes japoneses (por ejemplo, en Shin Chan).
Además del característico jardincito, el siempre presente primer piso culmina la imagen que todos tenemos de la vivienda clásica japonesa. Frente a las colmenas en las grandes ciudades, los barrios residenciales, habitualmente a las afueras, cuentan con la tradicional casita familiar. Os dejo alguna imagen más, esta vez de una zona más cercana a mi casa:
Y ya puestos, aprovecho para enseñaros donde vivo. Os copio/pego un extracto de un artículo de la Wikipedia:
"Dos patrones de residencias son predominantes en el Japón contemporáneo: la casa separada unifamiliar y el edificio de múltiples unidades, poseídos por un individuo o una corporación y alquilados como apartamentos a los arrendatarios, o poseídos por los inquilinos como condominios."
Pues bien, lo que os he presentado hasta ahora era el primer patrón. Yo vivo en uno de los edificios encasillado en el segundo patrón.
Hogar, dulce hogar.
En Japón existen varias compañías inmobiliarias que se dedican a la construcción de bloques de este tipo, no excesivamente grandes, con múltiples apartamentos (ellos los llaman "rooms") de unos 15 a 25 metros cuadrados. Aunque puede parecer pequeño para lo habitual en España (de momento, quién sabe en unos años cómo será nuestra vivienda media...), la verdad es que para una persona que vaya a pasar una temporada corta puede resultar muy conveniente, tanto por el precio como por la facilidad para instalarse.
Os presento mi hogar dulce hogar:
Como podéis ver (más detalles en el álbum de fotos "Mi casa"), tiene de todo, tanto cocina como los electrodomésticos básicos. Además, en este tipo de compañías suelen incorporar en el precio total los gastos de luz, agua, gas e internet, por lo que si uno no quiere complicarse mucho la vida al llegar a Japón es lo ideal para encontrar vivienda.
No haré publicidad de la compañía, pero si alguien está interesado no tengo problema alguno en dar referencias de forma privada. Por mi parte no hay queja alguna, salvo por el hecho de que no hablan inglés, por lo que la institución en la que trabajo tuvo que proporcionarme un traductor para realizar los trámites.
Ya sabéis, si visitáis Japón mientras estoy aquí estáis invitados a mi hogar dulce hogar.
Y para terminar, como siempre, aquí están los álbumes de fotos:
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jueves, 2 de abril de 2009
Harajuku: Templos y cosplayers
Harajuku es otro de los distritos de Tokyo que atrae la atención de los turistas. Junto a un fantástico y ajardinado parque, con un gran templo en su centro, se encuentra una de las zonas de compras más popular entre la gente joven de la gran ciudad japonesa. Entre estos dos extremos, el puente Harajuku sirve de punto de encuentro para numerosos cosplayers, que pasan aquí el fin de semana mientras admirados peatones les fotografían sin descanso.
Comenzaré explicando brevemente qué es el cosplay. Para todos aquellos que no conozcan este fenómeno tan ligado a la cultura manga. La palabra cosplay procede de la expresión inglesa costume play, y sirve para designar la afición que muchos aficionados al manga y el anime tienen: disfrazarse de sus personajes favoritos y exhibirse para admiración y sorpresa del resto del mundo. También es común encontrar cosplayers que, en lugar de vestirse como un personaje de manga, adoptan una moda muy particular. Un ejemplo de ello son las llamadas gothic lolitas.
Cada fin de semana numerosos cosplayers se acercan a Harajuku para exponerse. Habitualmente localizados en el puente que separa la zona urbana del parque, se pasan horas haciéndose fotos con todos los curiosos (muchos de ellos turistas) que quieren un recuerdo, e incluso muchas veces son ellos mismos los que se fotografían.
Atraídos por esta curiosa afición, Isaia (un estudiante de matemáticas italiano que se encuentra en una situación similar a la mía) y yo nos acercamos el pasado domingo, esperando encontrar muuuuuuuuchos cosplayers con los que alucinar. El resultado no fue el esperado, pues no había tantos como creíamos, pero igualmente valió la pena.
Además, el parque de Harajuku es realmente atractivo, especialmente por el gran santuario sintoísta Meiji que en él se encuentra.
Este fantástico lugar, creado como homenaje al emperador Meiji, que murió en 1912, es el elegido por muchos japoneses para realizar ciertas ceremonias. Habitado por monjes que cuidan hasta el más mínimo detalle, este templo suele presenciar numerosas bodas tradicionales, así como ciertas ceremonias, que todavía no conozco pero que imagino serán similares al bautismo cristiano, asociadas a los recién nacidos. De hecho, en nuestro paseo por el parque nos cruzamos con varios padres con sus bebés en brazos que acudían al templo por una de estas ceremonias. También tuvimos la oportunidad de ver alguna pareja que celebraba su boda al estilo tradicional japonés.
En resumen, una curiosa experiencia, muy en la línea del habitual contraste tradicional/moderno que Japón nos presenta tan a menudo.
Os dejo las fotos de la jornada en el siguente enlace:
Japón es un país en el que la gente está acostumbrada a convivir con los terremotos. Situado en una zona con alta actividad sísmica, terremotos de diversa magnitud han venido sucediéndose uno tras otro, haciendo que las medidas de seguridad, alerta y emergencia sean cada vez más avanzadas.
Si os hablo hoy de esto en la sección de curiosidades niponas es porque a las 15:26 del pasado miércoles 25 de marzo viví mi primer terremoto. Fue suave y breve, pero me dejó muy sorprendido por el nulo interés que despertó en mis colegas japoneses. Un temblor así en España habría sido tema de conversación seguro, e incluso las noticias locales lo habrían resaltado. Aquí no pasa de un ligero "umm, un terremoto" seguido de una inmediata vuelta al trabajo.
Debo decir que mi primera reacción fue bastante tonta. El temblor fue tan ligero (aunque notable) que mi primer pensamiento fue "un camión pesado habrá pasado por la carretera junto al campus", para rápidamente darme cuenta de que mi despacho se encuentra en un sexto piso, en un edificio consistente en una gigantesca mole de piedra, que no se inmutaría aunque pasara un tren de mercancías por la puerta.
Aprovechando la situación hice algunas preguntas durante la cena, y un compañero japonés, me comentó que en Japón hay unos mil terremotos diarios, aunque muy pocas veces alcanzan la intensidad suficiente como para que los humanos lo notemos. De vez en cuando, sin embargo, alguno sobrepasa el umbral considerado "de riesgo", con lo que las alertas se activan y mensajes automáticos se dan por radio y televisión, para que los ciudadanos tomen las medidas de seguridad necesarias en los breves segundos con los que cuentan.
Lo curioso es que ahora, cuando estoy en casa y siento una ligera vibración, ya no pienso que es el vecino pegando botes o un camión que pasa cerca de mi ventana, sino que achaco a un terremoto el ligero temblor. Seguramente pocas veces acertaré...
En conclusión, una experiencia más para mi curriculum nipón.
Nota: El reporte que la Japan Meteorological Agency hizo sobre "mi" terremoto puede encontrarse en el siguiente enlace: mi terremoto.
Comenzaré explicando brevemente qué es el cosplay. Para todos aquellos que no conozcan este fenómeno tan ligado a la cultura manga. La palabra cosplay procede de la expresión inglesa costume play, y sirve para designar la afición que muchos aficionados al manga y el anime tienen: disfrazarse de sus personajes favoritos y exhibirse para admiración y sorpresa del resto del mundo. También es común encontrar cosplayers que, en lugar de vestirse como un personaje de manga, adoptan una moda muy particular. Un ejemplo de ello son las llamadas gothic lolitas.
Cada fin de semana numerosos cosplayers se acercan a Harajuku para exponerse. Habitualmente localizados en el puente que separa la zona urbana del parque, se pasan horas haciéndose fotos con todos los curiosos (muchos de ellos turistas) que quieren un recuerdo, e incluso muchas veces son ellos mismos los que se fotografían.
Atraídos por esta curiosa afición, Isaia (un estudiante de matemáticas italiano que se encuentra en una situación similar a la mía) y yo nos acercamos el pasado domingo, esperando encontrar muuuuuuuuchos cosplayers con los que alucinar. El resultado no fue el esperado, pues no había tantos como creíamos, pero igualmente valió la pena.
Además, el parque de Harajuku es realmente atractivo, especialmente por el gran santuario sintoísta Meiji que en él se encuentra.
Este fantástico lugar, creado como homenaje al emperador Meiji, que murió en 1912, es el elegido por muchos japoneses para realizar ciertas ceremonias. Habitado por monjes que cuidan hasta el más mínimo detalle, este templo suele presenciar numerosas bodas tradicionales, así como ciertas ceremonias, que todavía no conozco pero que imagino serán similares al bautismo cristiano, asociadas a los recién nacidos. De hecho, en nuestro paseo por el parque nos cruzamos con varios padres con sus bebés en brazos que acudían al templo por una de estas ceremonias. También tuvimos la oportunidad de ver alguna pareja que celebraba su boda al estilo tradicional japonés.
Una pareja se fotografía en el día de su boda.
En resumen, una curiosa experiencia, muy en la línea del habitual contraste tradicional/moderno que Japón nos presenta tan a menudo.
Os dejo las fotos de la jornada en el siguente enlace:
Curiosidades niponas: Terremotos en Japón
Japón es un país en el que la gente está acostumbrada a convivir con los terremotos. Situado en una zona con alta actividad sísmica, terremotos de diversa magnitud han venido sucediéndose uno tras otro, haciendo que las medidas de seguridad, alerta y emergencia sean cada vez más avanzadas.
Shin-chan nos explica qué hacer en caso de terremoto.
(Cartel en uno de los ascensores de la Universidad)
(Cartel en uno de los ascensores de la Universidad)
Si os hablo hoy de esto en la sección de curiosidades niponas es porque a las 15:26 del pasado miércoles 25 de marzo viví mi primer terremoto. Fue suave y breve, pero me dejó muy sorprendido por el nulo interés que despertó en mis colegas japoneses. Un temblor así en España habría sido tema de conversación seguro, e incluso las noticias locales lo habrían resaltado. Aquí no pasa de un ligero "umm, un terremoto" seguido de una inmediata vuelta al trabajo.
Debo decir que mi primera reacción fue bastante tonta. El temblor fue tan ligero (aunque notable) que mi primer pensamiento fue "un camión pesado habrá pasado por la carretera junto al campus", para rápidamente darme cuenta de que mi despacho se encuentra en un sexto piso, en un edificio consistente en una gigantesca mole de piedra, que no se inmutaría aunque pasara un tren de mercancías por la puerta.
Aprovechando la situación hice algunas preguntas durante la cena, y un compañero japonés, me comentó que en Japón hay unos mil terremotos diarios, aunque muy pocas veces alcanzan la intensidad suficiente como para que los humanos lo notemos. De vez en cuando, sin embargo, alguno sobrepasa el umbral considerado "de riesgo", con lo que las alertas se activan y mensajes automáticos se dan por radio y televisión, para que los ciudadanos tomen las medidas de seguridad necesarias en los breves segundos con los que cuentan.
Lo curioso es que ahora, cuando estoy en casa y siento una ligera vibración, ya no pienso que es el vecino pegando botes o un camión que pasa cerca de mi ventana, sino que achaco a un terremoto el ligero temblor. Seguramente pocas veces acertaré...
En conclusión, una experiencia más para mi curriculum nipón.
Nota: El reporte que la Japan Meteorological Agency hizo sobre "mi" terremoto puede encontrarse en el siguiente enlace: mi terremoto.
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