miércoles, 8 de julio de 2009

Despedida

Bienvenidos a la última entrada del blog de Japolino. Sí, señores y señoras, con ésta despedimos el blog. Espero que os haya gustado mi humilde y particular visión del país del Sol naciente, del que regresé el pasado 30 de junio. Por mi parte, debo admitir que me ha gustado compartir con vosotros las experiencias que me han dejado la boca abierta un día tras otro.

Perdonad que esta última entrada se haya retrasado tanto (¡volví hace una semana!), pero entre el duro trabajo y las actividades sociales me ha faltado el tiempo necesario.

En cuanto al viaje de vuelta todo ha ido según los cauces normales. Poco que contar. El único detalle especial fue que me perdieron la maleta y tuve que esperar dos días para hacerme con ella. Nada del otro mundo.

Para terminar, permitidme que haga una pequeña recopilación de aquellas cosas que más me han gustado. Mi top 5 de Japón.

Top 5

La amabilidad de los japoneses

Desde el niño más pequeño hasta la anciana que encuentras en el tren, cada japonés cuenta con una amabilidad que jamás había encontrado. Y eso, para un extranjero como yo, puede ser de gran ayuda.

Todavía recuerdo cuando, en plena mudanza a mi nuevo hogar, me perdí con la maleta por unas calles poco transitadas a una hora más bien tardía. Con poca gente en la calle, acabé preguntando a una señora usando un mapa y el dedo índice de la mejor forma posible: apuntando donde quería ir. No sólo me intentó explicar el camino, sino que preguntó a un señor que había parado su coche, con mujer y niños, en el semáforo. Y éste, no quedando atrás en amabilidad, me hizo subir al vehículo y me acercó en un momento a la dirección a la que iba.

Como éste hay otros muchos ejemplos. Gracias por vuestra ayuda, amigos nipones.

La combinación actividad-desenfrenada/paz-y-sosiego

Algo que sorprende de la ciudad de Tokyo es la gran actividad en zonas como Shibuya (donde se encuentra el cruce más transitado del mundo), Akihabara, Shinjuku o Ginza. Gente moviéndose a gran velocidad de un lugar a otro, vendedores usando altavoces para atraer clientes, luces y colores en las enormes pantallas de los edificios que flanquean las avenidas, anuncios chillones en cada pequeño rincón de los alrededores... la sobredosis de información y la sensación de frenesí es una de las características intrínsecas de Tokyo.

Sin embargo, esta gran ciudad combina esa cualidad con otra que la equilibra: la paz y sosiego que uno puede encontrar en sus parques. Ueno, Hibiya, Shinjuku, Harajuku... numerosos parques permiten relajarse del ruido y la gente, disfrutando un rato de la tranquilidad que da la naturaleza, muy presente en los hermosos jardines de Tokyo.

Esta combinación, sin la que muchos habitantes de Tokyo enloquecerían con toda seguridad, representa un ejemplo más de los grandes contrastes que Japón ofrece a sus visitantes.

Kyoto

¿Qué se puede decir de Kyoto que no haya dicho ya? Esta antigua capital de Japón debe estar en la lista personal de cualquier amante de los viajes. Con más de 2000 templos y santuarios, Kyoto cuenta con 17 patrimonios de la humanidad y otros muchos atractivos culturales. Cada visitante dispone de un lugar favorito dependiendo de sus gustos. Algunos prefieren el pabellón dorado del Kinkaku-ji, un templo chapado en oro situado en el centro de un lago rodeado por un verde bosque, otros prefieren el espectáculo natural de Kyomizu-dera, cuyo edificio principal cuelga como un balcón en la montaña, mientras que otros tienen su favorito en uno de los tantos templos que las guías no mencionan, impresionantes todos ellos.

Además, en esta ciudad uno puede disfrutar de muchas cosas que los extranjeros atribuimos al Japón más tradicional. Geishas, baños termales, centros culturales... una gozada para los que quieren conocer el Japón antiguo.

La comida japonesa

Suele sorprender la facilidad con la que los extranjeros se adaptan a la comida japonesa, cuyos elementos básicos pueden tener diferencias radicales con lo que solemos comer en Europa.

El pescado crudo, tanto en sushi como en sashimi, suele suponer un reto para los visitantes. Sin embargo, una vez se prueba, uno descubre nuevos sabores en el pescado de toda la vida, que los cocineros japoneses saben destacar con salsas y especias (mención especial al wasabi).

Del mismo modo, el ramen, una sopa de fideos alargados que se sirve caliente con carne y algunas verduras, es un manjar difícil de encontrar fuera de Japón. Aunque es original de China, los japoneses han sabido adaptarlo a su propio gusto (y al mío, la verdad sea dicha), haciendo que sea uno de los platos con más fans en todo Japón.

Y por si esto fuera poco, otros platos como la tempura, el okonomiyaki, los arroces con carne o pescado... completan una lista de posibles elecciones que gustan a todos (o casi todos).

Las mujeres japonesas

Debo reconocer que las mujeres japonesas me han gustado. Delgaditas, monas y siempre arregladas, suelen gustar a los extranjeros por su exotismo. Por si esto fuera poco, lo que más me ha llamado la atención a mí es lo graciosas que pueden ser, pues en ocasiones parecen personajes de animación japonesa por sus gestos y expresiones. Espero que no haberlas ofendido, pero más de una vez no pude evitar reírme al oírlas hablar con sus grititos tan propios de dibujos animados.

Aunque por otro lado, desde que he vuelto a España... ¡las españolas me gustan más que nunca!

Y terminado el top 5...

... me despido una vez más de vosotros, aunque esta vez será por siempre. Espero que os haya gustado leer mis aventuras en Japón, un lugar al que os recomiendo ir en algún momento de vuestra vida. Mientras tanto, disfrutaré contándoos éstas y otras cosas con una sonrisa en la cara por la gran experiencia vivida.

Hasta siempre.

Japolino.