viernes, 27 de marzo de 2009

Un sábado en Ueno

Bienvenidos una vez más a Japolino, el amigo del neutrino, el blog de Avelino. Esta vez os hablaré de mi visita a Ueno, un distrito de Tokyo conocido por su gran parque, lleno de centros de interés cultural.

Sé que suena aburrido, y ciertamente fue mucho menos excitante que un paseo por Akihabara o Shibuya, pero un tranquilo paseo por el parque de Ueno junto con una visita al Museo Nacional de Tokyo puede ser una agradable alternativa.

El sábado pasado me levanté tarde, y tras tomarme el viaje en tren/metro con calma, llegué a Ueno a la hora de comer. Una breve parada en boxes, cargando las pilas con nutritivo ramen, fue suficiente para darme las energías que necesitaría por el resto del día.

El parque de Ueno se encuentra ubicado en la zona noreste de la ciudad, por lo que tradicionalmente ha sido un punto clave para la vigilancia de la antigua ciudad de Edo. Actualmente es uno de las zonas verdes de la moderna Tokyo, siendo el preferido de muchos para la inminente celebración del festival del Hanami, en el que japoneses de todas las edades disfrutan de picnics (con sake incluído) mientras observan como florecen los cerezos. Además, sus museos, templos y auditorios musicales le dan un ambiente cultural muy enriquecedor, que permite pasar un interesante día en familia.

Numerosos tokiotas eligen Ueno para relajarse durante el fin de semana.
Numerosos tokiotas eligen Ueno para relajarse durante el fin de semana.


En mi caso, tras un largo paseo por la orilla de Shinobazu-ike, un lago interior del parque, y alguna visita a los pequeños templos a su alrededor, me dirigí al Museo Nacional de Tokyo, la galería de arte más importante de la capital japonesa. En el trayecto, realizado en un fantástico ambiente de luz, color y gente, tuve la oportunidad de sacar unas cuantas fotos.

El templo de Benten-do, situado en una isla en el estanque de Shinobazu-ike.
El templo de Benten-do, situado en una isla en el estanque de Shinobazu-ike.


Tanto parejas como familias alquilan barcas con las que navegar en Shinobazu-ike.
Tanto parejas como familias alquilan barcas con las que navegar en Shinobazu-ike.


El parque de Ueno concentra a numerosos vagabundos, que pernoctan en él de noche... y juegan a shogi de día.
El parque de Ueno concentra a numerosos vagabundos, que pernoctan en él de noche... y juegan a shogi de día.


En cuanto al museo, debo admitir que no me impresionó mucho. Y no es porque no fuera un buen museo, sino porque la mayoría de las salas están dedicadas a herramientas antiguas, escritos tradicionales y otros restos de gran valor histórico... aunque poco interés artístico (desde mi ignorante punto de vista). También cuentan con algo de pintura y escultura, pero a diferencia del típico museo occidental, no son la apuesta principal.

El Museo Nacional de Tokyo.
El Museo Nacional de Tokyo.


Tras el paseo por los pasillos y habitaciones del museo, y dado que se acercaba la hora del cierre, decidí volver a Kashiwa. El JR (Japan Railways) hasta Kashiwa fue bastante rápido, y pronto me encontraba cenando en un restaurante hindú cerca de la estación. Un rato después, tras la picante cena (¡y eso que pedí nivel "medium"!), tomé el autobús hasta la zona de Kashiwanoha y descansé tras otro día de caminatas.

Os recuerdo que hay muchas más fotos disponibles tanto en los álbumes que he creado en Picasa como en mi Facebook. Aunque os aviso que a partir de ahora las voy a ir colgando únicamente en Facebook, porque me resultaba muy costoso subir las fotos (y poner comentarios y títulos) dos veces. Como novedad, aquí tenéis los enlaces al álbum de esta entrada:


¡Hasta la próxima entrada!

viernes, 20 de marzo de 2009

Nuevas incursiones en Tokyo

Hola de nuevo a todos. Os pido disculpas por tardar tanto en actualizar el blog. Soy consciente de las ansias colectivas por leerlo, pero recordad que cuando no estoy trabajando estoy visitando Tokyo, así que poco tiempo me queda.

Hoy os hablaré sobre mis recientes incursiones en territorio tokiota aprovechando la presencia de varios compañeros físicos venidos de España. Curiosamente Tsukuba, una ciudad a 60 km de Tokyo, ha albergado recientemente una conferencia sobre física de partículas experimental, por lo que varios colegas han aprovechado para visitar la capital japonesa. Un saludo desde aquí a Carlos, Ricardo, Tito, Dani, Paula, Pepe y nuestro guía Julen. Ha sido un placer disfrutar de Tokyo con vosotros (y robaros algunas fotos para mi blog).

Además de Ginza y Akihabara, zonas que ya han aparecido en mi entrada anterior, nos dimos una vuelta por Shibuya y Shinjuku, dos distritos emblemáticos de la ciudad de Tokyo.

Shibuya

El barrio de Shibuya es la mayor zona de entretenimiento de Tokyo. Grandes cantidades de jóvenes se concentran en él a diario.

Especialmente impresionante es el famoso cruce de Shibuya, justo enfrente de la salida del metro, donde cada luz verde del semáforo se traduce en miles de personas cruzando de un lado a otro. La marea humana es realmente espectacular. Aunque intenté grabar un vídeo para compartirlo con vosotros he encontrado uno mucho mejor en YouTube. Alucinad...





Por otro lado, el ambiente es realmente fantástico, con numerosas tiendas, bares, restaurantes y lugares orientados al ocio. En este lugar pudimos comer ramen, un plato típico en Japón aunque de origen chino, y pasear por la famosa colina de los hoteles del amor. Para los curiosos contaré que esta colina está llena de "love hotels", hoteles a los que suelen acudir las parejas para buscar intimidad.

Paseando por Shibuya en un día de lluvia.
Paseando por Shibuya en un día de lluvia.


Shinjuku

El barrio de Shinjuku es el centro de gobierno de la ciudad, con grandes rascacielos dedicados a labores administrativas y económicas. Tras pasear un rato por la zona decidimos subir al edificio del gobierno local de Tokyo, el Tokyo City Hall, un altísimo edificio desde el que las vistas de Tokyo son excelentes.

Frente al Tokyo City Hall.
Frente al Tokyo City Hall.


Os dejo un par de tomas que, por desgracia, no son todo lo buenas que podían ser debido a que el día salió un poco nublado.

Inmejorables vistas desde las torres del Tokyo City Hall.
Inmejorables vistas desde las torres del Tokyo City Hall.


Escasos rayos de Sol escapan entre las nubes sobre Tokyo.
Escasos rayos de Sol escapan entre las nubes sobre Tokyo.


Además, en Shinjuku puede encontrarse el "sub-barrio" de Kabukicho, núcleo del poder de los Yakuza, la mafia de Japón. Lleno de locales de fiesta y clubs, el llamado "barrio rojo" suele tener fama de ser peligroso para los extranjeros, pero en realidad no lo es más que cualquier área de fiesta en una ciudad europea.

Para finalizar la entrada de hoy me gustaría iniciar una sección que espero incluir en muchas de las futuras publicaciones de este blog. Con el nombre de "Curiosidades niponas", este breve espacio intentará contar desde detalles sorpredentes hasta costumbres que nos pueden resultar extrañas a los occidentales, completando de este modo las narraciones más generales. Espero que os guste y sorprenda tanto como a mí.

Curiosidades niponas: Japoneses enmascarados

Hoy quiero contaros una curiosidad nipona que ha llamado mi atención. De hecho, más de uno se ha dado cuenta ya al ver las fotos que he colgado (las habéis visto todos, ¿no?). Sí, los avispados ya lo han pillado, las máscaras...

Cuento dos máscaras. ¿Alguien ve más?
Cuento dos máscaras. ¿Alguien ve más?


Un enmascarado de compras en Ginza.
Un enmascarado de compras en Ginza.


Ya en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, vi que algunos de mis compañeros viajeros llevaban unas máscaras puestas. Debido al ajetreo del viaje no le di demasiada importancia, pero al verlo una vez más a mi llegada a tierras niponas cai en la cuenta... ¡¡son ninjas!!

Un poli ninja. En lugar de porra usa shurikens.
Un poli ninja. En lugar de porra usa shurikens.


Como bien sabéis los apasionados por la cultura japonesa, la figura del ninja es uno de los tantos símbolos de Japón. Mientras que los también legendarios samurais servían a sus señores como guerreros convencionales, los ninjas eran mercenarios especializados en misiones de infiltración y espionaje. Maestros en el arte del disfraz, también se les solía asignar asesinatos selectivos y otras acciones bélicas no ortodoxas. Ciertamente os recomiendo un vistazo a la historia de los ninjas, sobre los que tanto ha llegado a nuestros días.

Bien, pues cuando ya lo tenía clarito se me ocurrió preguntarle a Julen para que confirmara mi sospecha. Y resultó que estaba equivocado (sonido de burbuja al explotar). Las razones de los japoneses para ponerse estas "elegantes" máscaras faciales son mucho más prosaicas. Según me contó mi anfitrión, son las siguientes:

  1. Alergias. Muchos japoneses son alérgicos al polen, por lo que durante la primavera muchos prefieren ponerse una máscara facial a pasarse el día estornudando.
  2. Para evitar contagiar a los demás. La extrema educación japonesa hace que consideren "inapropiado" contagiar a sus semejantes en caso de estar resfriados.
  3. Para evitar ser contagiados. Por otro lado, si hay muchos resfriados siempre habrá algunos japoneses que prefieran deslucir su rostro a pasarse unos días en la cama curándose por una enfermedad ajena.

Os dejo varios enlaces a otros blogs (sí, no soy el único español en Japón) donde se comenta este mismo tema:


Y para que os sorprendáis un poco más aquí podréis ver que algunos llevan las máscaras faciales muy lejos...

Hasta la próxima entrada de vuestro amigo Japolino (digo, Avelino).

miércoles, 11 de marzo de 2009

Mi primera jornada tokiota

Hola de nuevo, ¿ansiosos por una nueva entrada de Japolino, verdad? Pues aquí estoy, para saciar vuestros irrefrenables deseos de nuevas historias de mi estancia en Japón. Hoy os contaré cómo fue mi primera visita a la ciudad de Tokyo, tras la intensa incursión que realicé el pasado sábado.

Round 1: Akihabara

Tras levantarme pronto, al menos para lo que debe ser un sábado, me dirigí a la estación de tren de Kashiwa-no-ha Campus Station. ¿Qué llevaba conmigo? Dinero (imprescindible), un mapa de la zona (por si hiciera falta), una guía de conversación (gracias Pancho, viene genial), una pequeña guía de Tokyo (útil para saber qué hacer y dónde ir) y algún que otro papelote con información importante (como mi dirección). Para no tener que cargar con todo me agencié, pagando por supuesto, una mochilita en el centro comercial junto a la estación, y con la mejor de mis sonrisas me aventuré hacia Tokyo.

La estación de metro de Akihabara. Gente de un lado para otro y un mapa de líneas laberínticas.
La estación de metro de Akihabara. Gente de un lado para otro y un mapa de líneas laberínticas.

Media hora después (el Tsukuba Express corre bastante) me encontraba en la zona de Akihabara, el paraíso de la electrónica, los videojuegos y el manga. Se trata de un "barrio" de Tokyo lleno de gigantescas tiendas dedicadas únicamente a eso, a la pura diversión geek. Y cuando digo gigantescas me refiero a edificios de 7 a 10 plantas, dedicados exclusivamente a una de esas disciplinas. Por ejemplo, paseé por las abarrotadas 7 plantas de la famosa tienda Tora no Ana, dedicadas completamente al manga y el anime. También me asombré con la gran variedad en Yodobashi Camera, una tienda de electrónica que cuenta con una planta para cámaras, otra para móviles, otra para portátiles... hasta 9 pisos. A todo esto hay que añadirle altavoces voceando las consignas comerciales que decenas de vendedores repiten por todas partes usando sus micrófonos, muchas luces, ruidos y anuncios en cada esquina, y tenemos una idea de Akihabara. Bueno, en realidad falta un ingrediente para completar el plato... ¡¡mucha gente!!

El típico pasillo en Yodobashi Camera
El típico pasillo en Yodobashi Camera


Akihabara.
¿Cómo es posible que no choquen unos con otros?

Round 2: Hibiya

Acabé tan "psicológicamente estresado" que tras una frugal comida (haciendo uso de mis conocimientos en un supermercado) busqué un parque donde relajarme. Como por la noche ya tenía pensado visitar la zona de Ginza, me desplacé en metro hasta Hibiya, una zona a su alcance que limita con los jardines imperiales. Aunque no fueron éstos por lo que paseé, el parque de Hibiya también tiene su encanto...





Me impresionó enormemente el contraste entre los rascacielos que rodean el parque y el silencio y la tranquilidad que se respira en él. Entre otras cosas, pude ver los restos de una antigua muralla del castillo de Hibiya, uno de los bastiones que protegían la antigua Edo, predecesora de Tokyo. También pude pasear sin que vendedores rabiosos usaran sus megáfonos en mis oídos, mientras planeaba el siguiente paso a dar.

Round 3: Ginza

Pero como la calma total de este parque no podía ser eterna, pronto me moví a la ruidosa Tokyo (tal y como se ha presentado hasta ahora). El siguiente destino era el distrito de Ginza, conocido por sus grandes y lujosas tiendas, al estilo de la quinta avenida de Nueva York.






Sí señores y señoras, esto es Ginza, el barrio por el que paseé el pasado sábado. La verdad es que no entré en muchas tiendas (todo el mundo sabe que no me va la ropa de Dior), pero no hizo falta para captar la esencia "fashion" del lugar. Me llamó la atención especialmente encontrar una tienda de la empresa valenciana de porcelanas Lladró (ver dos fotos más arriba), que por lo visto es tan famosa como nos cuentan.

Unas vueltas más arriba, unas vueltas más abajo, me dispuse a encontrar un restaurante para cenar. Aquí fue cuando fui realmente consciente del tipo de lugar en que estaba. Ya acostumbrado a las baratísimas comidas/cenas de Japón, este barrio me retó a que encontrara precios asequibles por los que llevarme algo a la boca. Los precios, muuuuuucho más altos de lo normal, hicieron que me costara un poquito hallar un pequeño rincón en una calle ligeramente apartada del bullicio.

Y con la pequeña metida de pata que me sucedió en la cena aprovecho para contar cómo es una comida típica japonesa. ¿Recordáis los típicos dibujos animados japoneses en los que salen comiendo arroz y sopas? (Algunos los recuerdan porque los siguen viendo) Pues es verídico 100%. Aquí acompañan cada comida con un bol de arroz y una sopa de miso, con lo que completan el plato principal de una forma muy saludable. Además, suelen beber té verde en lugar de agua, dándole más colorido a la mesa.

¿Qué me sucedió en mi cena en Ginza? Olvidé esta costumbre... y pedí comida de más (sssshh... esas risas, que os oigo...). Al ver la lista de platos pensé que uno era poco para mi cuerpo serrano, así que pedí dos (con la frase clave "kore o kudasai" mientras señalaba la foto). El camarero, sorprendido ante mi osadía, me puso una cara rara y me preguntó algo. Al ver que su insistencia obtenía nulos resultados desistió y accedió a mi petición. ¿Qué sucedía? Que dos platos... más el arroz y la sopa era mucha cena. Cuando vi que me traían de todo me di cuenta de mi error, pero ya era demasiado tarde (y además estaba todo muy rico, la verdad). Lección aprendida.

Tras la cena quedé con Julen (recordad, mi salvador durante mi primera semana japonesa), nos dimos una vuelta más, compramos donuts y tomamos el metro/tren de vuelta al hogar.

Un día completo en Tokyo, ¿alguien da más?

Nota: Ya se encuentran disponibles las fotos que he ido haciendo. Las iré colgando poco a poco según publique entradas. Las podréis encontrar en mi cuenta de Picasa o visitando mi Facebook. ¡Espero que os gusten!

domingo, 8 de marzo de 2009

Viajando a Japón

Como no podía ser de otra manera, mi primera entrada (si no contamos la presentación previa) ha de contar cómo fue el viaje. De este modo responderé a la clásica pregunta "¿cómo ha ido el viaje?", que muchos me dirigís en estos días iniciales de mi estancia.

Todo comenzó el miércoles 4 de marzo, con el primer avión, Valencia-Madrid, partiendo desde Manises a las 7:00. Sí, exacto, menudas horas. La verdad es que si no fuera porque iba emocionadete por el viaje me habría dormido de pie en el aeropuerto mientras esperaba a embarcar. Por cierto, aprovecho para agradecer públicamente a mi amigo Manolo que me acercara a Manises a tan tempranas horas. Gracias, colega.

Todo fue según lo previsto hasta que el siguiente avión, Madrid-Londres, salió un poco tarde. No sabría decir cuánto, puesto que estaba medio sopa en mi cómodo (aunque estrecho) asiento. Sólo recuerdo haber mirado mi fabuloso reloj de pulsera y ver que llevábamos media hora de retraso. Al final, como el piloto no decidió "meterle caña" para recuperar el tiempo perdido, llegué con unos 40-45 minutos de retraso al aeropuerto de Heathrow, en Londres.

¿Y en qué se tradujo este retraso? Unido al necesario desplazamiento de una terminal (T3) a otra (T5), que supone unos 10-15 min, supuso... que perdiera la conexión y no pudiera coger mi avión a Tokyo. El problema está en que Heathrow tiene un sistema de seguridad muy estricto, lo que les defiende de los millones de terroristas que vuelan cada día a Japón a atentar a diestro y siniestro. Eso retrasa el proceso de embarque, que dura un buen rato por culpa de los controles a pasar. Además, no te dan la tarjeta de embarque cuando inicias el viaje en Valencia, sino que paranoicamente requieren que te presentes en el mostrador de British Airways (BA), la compañía con la que volaba, para solicitarla "en vivo". Total, que el representante de BA, tras pedirme disculpas, me dio otro billete para las 19:00 (hora del Reino Unido), en este caso con la compañia Japan Airlines (JAL). Ahora bien, no estuvo tan mal, hubo dos detalles que hicieron soportables las "molestias"
  1. Me dieron un vale de 10 libras esterlinas para gastar en el aeropuerto como compensación. ¡Comida gratis!
  2. El tipo del mostrador terminaba todas las frases con un "sir". Vaya, me hizo sentirme importante.
Así que tuve que pasarme el día dando vueltas por la terminal 3 (sí, además me tocó deshacer el camino), leyendo a ratos, conectándome a internet vía wireless hasta que me quedé sin batería (los enchufes británicos son diferentes), viendo tiendas, comiendo en un sitio que se llama "EAT." (imposible resistirse), yendo cada cierto tiempo a ver los monitores con las salidas y hasta charlando con una madrileña que había ido a Londres a visitar a su hija, que es economista y trabaja en bolsa. Variado, pero laaaaaaaargo.

El vuelo hasta Tokyo fue también curioso. Para empezar me encontré un montón de españoles... ¡trabajando en Japan Airlines! Desde varios asistentes de vuelo (prefieren ser llamados así al usual "azafatos") hasta la chica del mostrador de la compañía. Qué curioso. Sobre el entretenimiento tampoco puedo quejarme. Había una buena oferta de películas y series en varios idiomas. Yo vi "Body of lies", que en España tradujeron a "Infiltrados", donde pude escuchar a Leonardo Di Caprio y Russell Crowe doblados con acento mexicano. Luego intenté dormir aunque sin mucho éxito, pasándome varias horas en un duermevela que no terminaba de cuajar.

¡¡Y al fin en Japón!!

El avión llegó al aeropuerto de Narita, desde donde necesitaba tomar varios trenes/metros hasta llegar a Kashiwa, donde está el campus en el que trabajaré y la casa de mi anfitrión Julen (que muy amablemente me aloja unos días hasta que formalice un contrato de alquiler). Y entonces descubrí una de las características de Tokyo y sus alrededores: las aglomeraciones.

Aeropuerto de Narita
En el metro
Entiendo que estas fotos no son muy espectaculares... pero el primer día no me dio tiempo a más. Vi la ciudad de Tokyo de pasada, y llegué exhausto a mi nuevo hogar (al menos durante unos días). Tras una cenita en un buen restaurante cercano (¡¡sushi de verdad!!) todavía me quedó tiempo de ver con Julen alguna serie, darme una duchita y caer rendido en la cama cual marmota que ha tomado somníferos (aunque me desperté a las 5:00, cositas del jet-lag).

Prometo que la próxima entrada será muy curiosa. Hasta entonces, no os olvidéis de vuestro Japolino preferido.

Japolino comienza a andar

Bienvenid@ a mi blog.

Imagino que si has entrado aquí es porque me conoces. De lo contrario puedes echar un vistazo a mi perfil en blogger, que puedes encontrar en la barra lateral a la derecha de la página.

Este blog nació debido a los comentarios de mis amigos. En cuanto se enteraron de que me marchaba unos meses a Japón llegaron los numerosos "ya nos contarás cómo te va", seguidos de los clásicos "mándanos e-mails con tus aventuras" y algún que otro "uf, qué interesante, tendrás millones de anécdotas". Así que, aterrorizado ante la perspectiva de tener que contar las mismas historias una y otra vez, con la pérdida de intensidad narrativa que ello supondría, y por lo poco eficiente/práctico que sería enviar correos multitudinarios con mis narraciones, decidí concentrarlo todo en un blog. El blog de Avelino.

También tengo que admitir que hacía tiempo que estaba valorando crear un blog. Me parece un invento muy interesante que permite compartir experiencias muy fácilmente y que facilita a los cansinos como yo la difusión de sus historietas. Esto ha sido solamente el empujón final.

Una vez tomada la decisión el blog ya se encontraba dando vueltas en mi cabeza pero le quedaba un largo camino hasta poder ver la luz. El primer paso: darle un nombre. Mis primeras ideas fueron muy sosas. Desde "Avelino en Japón" hasta "Un Avelino en Japón" (¡claramente diferentes!) encontré mil variaciones de lo mismo. Como no quería que me llamaran "el Pau Donés de los blogs" empecé a plantear a mis amigos el reto de encontrar un título llamativo. Finalmente me decidí por el que veis en el encabezamiento de la página (gracias Julio), tras ser recibido por la mayoría de vosotros con regocijo y algarabías varias. Ejem. En fin, soy un demócrata. Mención especial merecen otras sugerencias como "Ave-chino, chino nooooo, japonés" o "Avelino, sushi y sake" (éste es una rebuscada adaptación de un clásico del cine español, ¿alguien lo pilla?). Os propongo que uséis los comentarios para darme vuestra opinión. ¿Cuál os gustaba más? ¿Alguno que se os ocurra ahora?

¿Qué encontrarás aquí? Ummm... eso todavía no lo sé. Seguramente los planes que tenga ahora irán variando (o desvariando), así que poco puedo asegurar. En cualquier caso os adelanto que pienso usar este blog con dos objetivos:

  1. Diario personal. Aquí narraré qué me va sucediendo, resaltando los hechos que más puedan interesar/impactar/alucinar a los lectores, ávidos de historias de Japolino.
  2. Intento de difundir Japón. También contaré cómo es Japón desde dentro, según vaya encontrando detalles curiosos que crea interesante compartir.

Finalmente os diré que el diseño del blog también evolucionará. No quería dedicarle mucho tiempo al principio, así que he adaptado una plantilla ya existente, añadiendo o modificando algunos elementos. En cuanto pueda (y me apetezca) intentaré ponerlo mucho más bonito.

Y dicho esto... ¡comencemos!